EN TUS MANOS
Este segundo soneto fue escrito el día 6 de
diciembre. Rafael se encontraba en el hospital esperando, con cierta inquietud, los resultados de las pruebas a las que se había sometido.
En tus manos estoy. Mi carne rota
sigue diciendo: “Amor, lo que Tú quieras”.
Feliz te consagré, mis primaveras.
Feliz te doy la paz en mi derrota.
Este cariño de mi sangre brota
de saberme prendido en tus hogueras.
No es morir el morir, si Tú me esperas
al final de esta cruda bancarrota.
En tus manos estoy. Contigo vivo.
Contigo muero, Dios. No soy cautivo
del temblor, a las puertas de la muerte.
Dame fuerza, Señor, para este salto
donde asciende mi amor hacia lo alto
y la tierra en el cielo se convierte.