CONTIGO HAY PAN,
JESÚS
En este poema se da
razón del don eucarístico. Jesús llega a ello porque nos quiere, por su
sensibilidad ante nuestra hambre de Dios. Toda su vida es contemplada por el
sacerdote- poeta como alimento de vida eterna (J.M.E)
la fuerza prodigiosa que lo crea.
Se comparte la luz de tu mirada
en siembra de trigales milagrosos.
El hambre de los hombres Te lastima
como a la madre el llanto de su hijo.
Contigo hay pan, Jesús, porque tus manos
son el horno de amor que lo sazona.
Hay tanto pan Contigo que Tú mismo
Te haces el pan que nutre las entrañas.
Tus gestos, tus palabras, tus silencios…
Tu nacer de una Virgen, Pan caliente…
Tu compartir el pan de los pastores…
Tu estar en Nazaret ganando el pan…
Tu andar por los caminos y los surcos…
Tu sembrarte en la Cruz, Espiga fértil…
Tu resurgir, ¡oh Pan Resucitado!...,
para dar de comer la “vida eterna”…
Y tanto pan Te haces, que Te quedas
escondido en el Pan- Eucaristía.
que se comparte inacabablemente
para nutrir la vida inacabable.