8/12/20

ATEÍSMO

 LA CASA VACÍA

 

Hombre sin Dios:

                                 Tu casa está vacía;

tal como la ganaste, ciencia en ristre,

en crudo duelo con el Inquilino,

libremente se abre a tu proeza.

Desnuda está tu casa de Existente;

vestida, palmo a palmo, de su sombra

helando soledad entre sus muros,

pero vacía, como tú soñabas.

Sin aroma de Causa por sus cales

y ceniza compacta en equilibrio,

difícil equilibrio de cadáver

cansado de fingir caliente hogar.

 

Tu casa está vacía, libre del Inquilino.

Estás dentro de ella plenamente.

Es tuya sólo; pero sin ventanas,

sin puertas, sin palabras y sin luz.

Habla, si quieres, habla: ella no sabe

responder a tu voz. Ella, tu sueño

de hogar acogedor sin geometría.

 

Moral, sin líneas rectas

de los rayos de sol hiriendo ojos

con vocación de oscuridad, enjutos

al llanto débil del latido blanco,

ella, desnudamente, hiere de silencio.

 

Tu casa está vacía: eres el dueño

de tu vacío mismo, de tu angustia,

de tus pájaros muertos, de tus niños

llorando por nacer para estorbar

- porque los niños sin la luz no saben

más que llorar, llorar, martillear

tozudamente el tímpano y el alma -.

 

Pero tu casa es tuya: el Existente

entre sus muros te molestaría.