18/4/21

CORAZÓN

Mi único deseo es que mi corazón sea tuyo.

 

Yo sé que nunca podré darte sólidos valores míos

porque soy pobre.

Nunca lograré hacer de verdad mis sueños utópicos

de mundos paradisíacos Contigo y para Ti.

Ni siquiera podré conquistar todo el territorio de mi carne

remisa para ascender a la perfección.

 

Por eso, Señor, te doy lo mejor que tengo: mi corazón

 

Creo que puedo decir que es mío

y te lo doy sin pedirte ni sugerirte nada a cambio.

Me basta saber que, con él, te doy

cuanto sueño,

cuanto me fatigo,

cuanto me extravío,

cuanto me remonto a las alturas de mis ansias,

cuanto me hundo en el abismo de mi pequeñez.

 

Mi corazón es tuyo. Dispón de él

como de una pelotita pobre y gastada con la que se recrea un niño.

 

No me lo desprecies, Señor, que no tengo otra posibilidad

de ser sólo y enteramente tuyo.

 

Gracias.