Eres, Virgen María, “La Inmaculada”.
Desde el origen exenta de penumbra en la luz de la Gracia.
Exenta de fisura en la catedral de tu existir.
Exenta de zonas vacías o deterioradas.
Toda tu carne, concordia.
Toda tu verdad, poesía.
Todo tu espíritu, recinto de amor.
Ni una letra, en el poema de tu vida, escrita sin corrección y sin sentido.
Manuscrita por Dios en la blanquísima llanura
de sus cumbres nevadas e impolutas.
Leemos “MARÍA” y nos inundan las flores nacientes,
las llamas deseadas, las alondras del amanecer…
Sentimos “MARÍA” y nos purifica el aire que respiramos
Dios Te escribió para sosegarnos con invasión de palomas blancas
Dios Te declama permanentemente para cuidarnos
con su dimensión materna hecha persona cercana y sencilla.
Dios en Ti se describe como “Mamá” presente y accesible.
Necesitamos leerte
para lavarnos, para dulcificarnos, para vivirnos misión de eternidad.
¡María, Poema de Dios, poetízanos Contigo!