IGLESIA DE PRÁDENA
en
certidumbre de mampostería.
Piedra
con alma de la historia mía,
palabra
de mi carne sublimada.
Toda
la luz que hospeda tu morada
es
vegetal y clara como el día.
Mi
corazón se vuelve teología
en
la paz que destila tu alborada.
Iglesia
de mi pueblo, relicario
de
mis hondas raíces trascendentes
con
solidez de recias certidumbres.
Con
tu Virgen, mi Virgen del Rosario
Prádena
es mis alas permanentes
en
vuelo azul de cielos y de cumbres.