YA VOY
Mientras la enfermedad de Rafael avanzaba inexorablemente, compuso el soneto tercero. Pruebas médicas y resultados se sucedían sin conocerse aún con exactitud el alcance del mal que le aquejaba. Este soneto lo escribió el 9 de diciembre.
Mientras la enfermedad de Rafael avanzaba inexorablemente, compuso el soneto tercero. Pruebas médicas y resultados se sucedían sin conocerse aún con exactitud el alcance del mal que le aquejaba. Este soneto lo escribió el 9 de diciembre.
Ya voy, Señor. No tengo mucha prisa;
pero, si Tú me llamas, voy volando.
He vivido, Señor, siempre sembrando
cariño a Ti, en las almas y en la brisa.
No he acertado, quizá, con la precisa
locura del amor que ando buscando;
pero espero alcanzarla profesando
un “Te amo” filial en mi sonrisa.
Ya voy, Señor, con esta cruz al hombro,
volando con las alas del asombro
por ver tu rostro vivo y confidente.
Quiero cumplir tu voluntad: la Tuya,
y vivir declamando el aleluya
de gratitud gozosa eternamente.
pero, si Tú me llamas, voy volando.
He vivido, Señor, siempre sembrando
cariño a Ti, en las almas y en la brisa.
No he acertado, quizá, con la precisa
locura del amor que ando buscando;
pero espero alcanzarla profesando
un “Te amo” filial en mi sonrisa.
Ya voy, Señor, con esta cruz al hombro,
volando con las alas del asombro
por ver tu rostro vivo y confidente.
Quiero cumplir tu voluntad: la Tuya,
y vivir declamando el aleluya
de gratitud gozosa eternamente.