Eres mi vida, Dios. Vida nutriente.
Vida que aleja el miedo que me espanta
Vida que me convoca y me levanta
Vida de hogar y llama confidente.
Eres
más todavía: Omniviviente.
Por
eso das la vida. Nadie canta
sin
ruiseñor azul en la garganta
regalado
por Ti gratuitamente.
Eres
mi vida. Gracias por la gracia
de
anidarme en la rama de tu acacia,
compañero
del aire y de la rosa.
Gracias,
Verdad Eterna, Pura Vida,
Pura
Bondad de lumbre sostenida
calentando
mi sangre jubilosa.