Vengo de Ti, Potencia Creadora,
nacido en el hogar de tu ternura.
Te pronuncia mi ser de criatura
como al sol le pronuncia cada aurora.
Cada minuto mío, cada hora
es donación de Ti, cálida hechura
de tu beso infinito, de tu pura
presencia fecundante alumbradora.
Pienso, porque me das el pensamiento.
Hablo, porque articulas mi palabra.
Vivo, porque me nutre tu Mirada.
En Ti, Señor, está mi crecimiento.