CAPITÁN DE LADRILLOS
Gracias, amigo,
sacerdote recio;
capitán de ladrillos y de cales;
habitante de andamios desiguales
regados con sudor a caro precio.
O fuiste colosal o
fuiste recio
en tan gran aventura sin dos reales…
Pero al fin le nacieron los rosales
al jardín de tu sueño y de tu aprecio.
Disfrutaste el
espacio y la belleza
de la luz redimida cuando reza
en tu Iglesia de Prádena y del cielo.
Hoy veneramos tu
feliz memoria
y, agradecidos, damos a la historia
tu nombre, D. Manuel, de piedra en vuelo.
(A D. Manuel Carretero Velázquez, con cuyo trabajo y desvelo
se construyó la Iglesia de Prádena)
Agosto - 1984