SANTA MARÍA DEL PARRAL
Señora del Parral, Jeronimiana;
flor de silencio fértil y tallado;
salterio vegetal enamorado
que en gargantas de monjes se devana.
Tu luz de Dios alumbra la mañana
y el monasterio vela sosegado.
En el regazo fiel de tu costado
florece la ternura sobrehumana.
Señora del Parral, nutres al hombre
con el fruto bendito de tu nombre
hecho sangre divina en cada Misa.
Segovia condecora el universo
con vuelo monacal que se hace verso
en tu pluma de Virgen poetisa.