Eres la plenitud de nuestras horas.
Nos nutren tus palabras redentoras.
Nos redime tu Sangre compartida.
Tú cicatrizas la profunda herida
del vacío del hombre. Tus auroras
siembran tu paz en luces salvadoras
y nos hacen palabra agradecida.
Jesús, que llenas el espacio inmenso
del corazón del hombre, frío y tenso,
hasta darle sentido plenamente.
Alúmbrenos tu Vida en lo profundo
y sembraremos vida por el mundo
hasta vivir Contigo eternamente.