Te canto el himno de mi fe vivida.
Me juego el corazón en la partida
de seguir ciegamente tu destino.
Quita mi frío Tu calor divino
lima Tu beso el filo de mi herida.
Me das tu Corazón, me das tu Vida
en forma candeal de pan y vino.
Creo, Jesús. Te siembro cada instante
asomado al balcón de mi semblante
regalando semillas de alegría.
Creo, Jesús. Repartirse mi trigo
molido en tus molinos y Contigo
seremos pan de blanca Eucaristía.