Ya se palpa tu cielo presagiado
en el alba feliz de tu sonrisa.
Trae en su vuelo cada nueva brisa
aleluyas de gozo madurado.
Tu Corazón de fe resucitado
se hace palabra cálida y precisa.
Eres, Virgen, primera poetisa
del fruto de tu vientre consumado.
Alégrate, Señora, Reina mía,
que el Rey Resucitado Te confía
donar resurrecciones en manojos.
Sólo Contigo, flor resucitada,
se percibe Su Luz alborozada
que declama el poema de tus ojos.