María, contemplativa;
oradora en ejercicio;
diligencia de servicio
y donación intuitiva.
María, Maternidad.
Señora del crecimiento.
Manantial de sentimiento
en perpetua caridad.
María, palabra pura
de la Palabra Infinita.
Confidencia manuscrita
en sílabas de ternura.
María, música suave.
Alba que presagia el sol.
Hermosísimo arrebol
donde su Hermosura cabe.
María, copo de nieve.
Humildad de la humildad.
Perpetua virginidad.
Alegría densa y leve.
María, sabiduría,
teóloga consumada
porque habitas la morada
de la mejor teología.
María, fruta en sazón
para que Dios se alimente:
de tu sangre confidente
engendró su Corazón.
María, dócil paloma
de obediencia enamorada.
En la luz de tu mirada
Dios nos sonríe y se
asoma.
María, feliz estrella
alumbradora del “SÍ”.
Dios toma carne de Ti,
encantadora doncella.
María, flor silenciosa
donde el sol se regocija.
Eres Esposa, eres Hija
y eres Madre prodigiosa.
María, exquisitez
de la ternura inocente.
En tu corazón silente
anidó la sencillez.
María, ¡Virgen María!,
hogar de Dios y de hombre,
en tu purísimo nombre
habita la poesía.
María, sonrisa mansa
que aleja cualquier
temblor.
A tu lado y tu calor
nuestra pobreza descansa.
María, refugio humano
cuando el miedo nos
aterra.
Para transitar la tierra,
llévanos Tú de la mano.
María, Corredentora
de los hombres y las
flores.
Alumbra nuestros dolores
con luz resucitadora.
Acógenos en el cielo
de tu corazón de Madre,
que eres regazo del Padre
para darnos su consuelo