13/1/23

AL NIÑO JESÚS DORMIDO

 



 


Te limita mi carne, Jesús mío.

Te cerca el sueño de mi pobre arcilla.

La Virgen Madre, tierna maravilla,

arropa tu desnudo escalofrío.

 

Capullo sonrosado con rocío

de la noche feliz que se arrodilla.

Te siembras en el hombre. Tu semilla

es amor, sólo amor en desafío.

 

Calladamente miro, Te contemplo…

Mi corazón de carne se hace templo

donde rezo los salmos del asombro.

 

Déjame que Te mire y Te celebre

con silencio de amor, junto al pesebre

para no despertarte, si Te nombro.