“Para avanzar resueltamente por el camino y llegar hasta las Moradas donde queremos adentrarnos, no se trata de pensar mucho sino de amar mucho” Teresa de Jesús
II
Tu locura de verso confidente,
tu substancia de místico granito,
tu fértil soledad, tu manso grito
declamando Su Amor sencillamente.
A veces, me penetra fieramente
el espacio de barro donde habito;
por eso yo te invoco, solicito
las aguas cristalinas de tu fuente.
Teresa, claridad de amaneceres,
abejilla libando violetas,
huerto de Dios besado por su aliento.
Tengo que amar, Teresa, si tú quieres,
dame el dolor de todos los poetas
y el galope incansable de tu viento.