3/12/24

LA CREACIÓN POÉTICA DE RAFAEL MATESANZ, EL ADELANTADO DE SEGOVIA 3.12.2024


José – Miguel Espinosa Sarmiento

El 31 de diciembre se cumplen 25 años de la muerte de nuestro querido y recordado sacerdote D. Rafael Matesanz, admirado por sus destacadas cualidades humanas, artísticas, religiosas. Con este ensayo se quiere ayudar a conocer su obra poética, sobre todo la publicada, donde sin duda se refleja la grandeza de su persona y escritos. Lástima que la enfermedad mortal que padeció a los 66 años nos haya privado de una pluma destacada y actual. Con todo, su más de un millar de poemas, aparte de ensayos y otros géneros de literatura cultivados por el autor, nos han dejado un rico patrimonio, nuestro, de Segovia, y al mismo tiempo, de todos, universal, como lo señala su premio mundial de poesía mística.

Descubrió como adolescente la vocación poética en su pueblo natal, Prádena. El hermoso paraje de sierra con sus acebos, robles, sabinas, arroyos, despertó en él sensibilidad que le llevó a ver la huella de Dios en lo creado. Una vez interiorizada esa belleza le permitiría encontrar los recursos literarios para ser expresada, y reconocida ya en sus años de teólogo en Salamanca donde mereció el apelativo de poeta.

Ya en Segovia, tras unos años de ministerio sacerdotal en Madrona, gastando sus energías especialmente en el instituto de segunda enseñanza Andrés Laguna y en la Residencia de Misioneras de Acción Parroquial, gana el premio de la Diputación Provincial de poesía José Rodao. Era el año 1968. El poema lo tituló Carta en verso a Juan de la Cruz. Escribe en una tarde serena desde el Carmelo austero de Segovia. Le dirige la misiva que hacía tiempo llevaba enterrada en sangre dolorida, sufriendo por sus limitaciones como instrumento de Dios, y por el dolor que compartía de niños, muchachos y ancianos. Coincide con el santo en su condición de sacerdote y poeta, como realidades intrínsecamente unidas. Ve la ciudad de Segovia con sus monumentos como lugar para buscar a Dios como el santo de Fontiveros. Y desea que su Castilla parda y saturada de esperas otoñales, se torne en horizontes místicos de trigo, pan, paz, palabra.

 

La creación poética de Rafael Matesanz

En 1969 publica Esta luz. Dedica esta obra al catedrático de literatura de la Complutense José Montero Padilla, primer amigo de su palabra. Son
24 poemas, una llamada a poetas, a todo hombre desde la luz, desde el amor, ante el Dios silenciado. Varios títulos de los poemas ya expresan parte de su contenido: casa vacía, polvo de ateísmo, autocárcel, palabra enterrada, ¿volverá la noche? La luz es de Dios, es de Rafael, es la llama de hogar que ilumina y enciende la nada y oscuridad humana. El poeta se sabe centinela de esta luz, e invita a compartir la luz de la Palabra divina.

En la conferencia que Rafael Matesanz pronunciaría en Cuéllar el 16 de junio de 1972 titulada Fuente de inspiración en mi obra poética, mostró las cuatro partes en que dividía su obra literaria: el dolor por el ateísmo teórico y práctico de ciertos sectores de nuestro mundo; su deseo de conjugar vitalmente su palabra y su carne, su sentir y su obrar; la urgencia de traducir el lenguaje de Dios Poeta que habla en los seres creados y en la confidencia revelada; y el júbilo de ser creyente, de sentir a Dios cerca, que florece en el ardiente deseo de corresponder, el día final, con el poema de su vida encarnada en el amor. Será tarea de los investigadores, consultando los manuscritos del autor conservados en la sede vallisoletana de la Junta de Castilla y León, el ir agrupando su extensa obra en estas 4 partes.

Ya como vicepresidente de la Cofradía de la Fuencisla nos deja en 1983 Segovia, hogar con Madre, 35 sonetos precedidos de una breve introducción en prosa con dibujos del autor, donde muestra su gran amor a la Madre de Jesús en su advocación de la Fuencisla, y tantas realidades asociadas a su veneración. En el prólogo de José Montero Padilla se lee: “La aparición, en este tiempo nuestro erizado de dificultades, áspero y de crisis, de un libro como éste, firme en sus convicciones, gozoso de fe y de esperanza, bellamente escrito con lirismo y con ternura, es un hecho casi insólito, y que debemos celebrar alborozadamente”.
Seis años después, en 1989 publica Alto silencio. Se compone de 14 poemas, uno de ellos tríptico, en los que manifiesta acogida a Jesús, cómo rejuvenece con la Eucaristía, sus ofrendas al Niño Jesús, su adoración al Dios que supera su mente, cómo busca en Dios el sosiego de un niño en el regazo de su madre, se siente propiedad de Dios, se sabe primavera en el otoño, se deja encontrar por Dios, desea ocultarse, no experimenta turbación al ser nutrido por el amor de Dios, sabe que su paz viene del Señor, muestra admiración por Dios hecho niño a modo de lluvia sobre el vellón, y ve a Prádena, su pueblo, como Belén.
Como fruto del premio El Ería de poesía sale a la luz en 1993 En el hogar de Dios. En el primer poema da razón de este libro: se siente feliz en el hogar de Dios, y espera que otros muchos por su sencillez lo experimenten. Todos los poemas son sonetos, agrupados en 4 partes: Dios, intimidad nutriente, Dios, palabra encarnada, María, siempre llena de Dios, y los santos, poseídos y poseedores de Dios. El libro póstumo del 2023 Luces cortas, luces largas, patrocinado por el Centro Segoviano de Madrid, viene a completar con otros 24 poemas la última parte dedicada a los mejores hijos de la Iglesia, con ilustraciones alusivas del patrimonio artístico segoviano.

El reconocimiento literario de Rafael Matesanz, tras varios premios nacionales, se ve coronado con el premio mundial de poesía mística Fernando Rielo en 1997 logrado con Cartas al Cielo que se publicaría 2 años más tarde. Los destinatarios de estas misivas son Dios, María, José, Francisco de Asís, Juan de la Cruz, Jesús-Eucaristía. “Estas cartas pregonan el asombro de mis ojos de niño” en palabras de Matesanz, y añade “He de gritar. Me brilla demasiado esta chispa de luz en las entrañas…Me lacera el peso de los hombres que Te ignoran…Quiero llegar al corazón del hombre y plantar alegrías teologales que retiren las sombras de su pena”.

 

La creación poética de Rafael Matesanz

Una obra más llegó a publicar en 1999 antes del ocaso de su vida, Paraíso filial. Se trata de 25 poemas más un tríptico final, en los que invita a entrar en el paraíso, en cálido hogar para sentirse feliz. Se mueve en el ámbito de la confidencia sencilla con Dios Padre animando a seguir el camino de la infancia espiritual. No ve posible un auténtico humanismo separado de Dios, ofreciendo frente a un dios lejano e indiferente, el Dios verdadero que es cariño confidente de su intimidad.

Guillermo Herrero, recordado por su admirable profesionalidad tantos años al frente de la Librería Cervantes, quiso publicar otra obra póstuma de D. Rafael, Rosario comentado, en el que la prosa y el verso se hermanan y ayudan a desgranar en contemplación las avemarías de cada misterio.

Antes de comparecer ante Jesucristo, enfermo en el Hospital de la Misericordia nos dejó quizás su mejor legado literario, como se adivina en lo que me escribió recientemente Pilar Alonso de la Fundación Jorge Guillén “esos sonetos finales de Rafael son espléndidos en todos los sentidos, poéticos, intensamente líricos, humanos y un diálogo con Dios a la altura del gran misticismo” Me refiero a los 5 poemas que llevan por título: Enfermo, En tus manos, Ya voy, Buscaré tu rostro Señor y No me lloréis amigos, que recientemente se van publicando en la Página Literaria de este diario por Clemente Oria.

Varios son los actos programados por la fundación Jorge Guillén y por la asociación Sacerdote Rafael Matesanz Martín para este 25 aniversario de Rafael Matesanz, alguno ya realizado, como la exposición que se inauguró el pasado verano en Prádena; otros en marcha, como su recuerdo hasta el próximo periodo estival en el programa de Cope Segovia Espejo de la Iglesia, el ya mencionado de El Adelantado de Segovia, los poemas que a modo de oración se recogen en la publicación mensual Iglesia en Segovia. Y en el horizonte cercano tendrán lugar una conferencia el miércoles 11 de diciembre a las 17:30 en la Librería Diocesana, una exposición en la Sala de Lectura del Ayuntamiento de Segovia desde el 19 de diciembre al 7 de enero, y la Santa Misa del sábado 28 de diciembre a las 7 de la tarde que ofrecerá por el alma de D. Rafael, en la iglesia de las Madres Dominicas, el Obispo de la Diócesis D. César Franco.

Mucho más se merece nuestro poeta segoviano, quizás dedicarle una glorieta o calle en Segovia capital donde pasó gran parte de su vida, el colocar placas conmemorativas en las casas en las que vivió. Y qué decir de su casa natal de la que informé en otro artículo en este mismo medio del 30 de diciembre de 2022 con el título Una visita a la casa de Rafael Matesanz en Prádena, museo de versos y dibujos plasmados en sus paredes, que pide visión de futuro para que no se pierda irremisiblemente. A D. Rafael le agradecemos su vida de entrega generosa en el ministerio sacerdotal, en el cultivo sobresaliente de letras transparentes de su rica vida interior, su palabra cálida bella y docta en clases del Andrés Laguna, en la Novena de la Fuencisla de la catedral, en residencias, conventos y parroquias, en encuentros casuales por nuestras calles. Pasan los años, sigamos trasmitiendo a las nuevas generaciones el ejemplo de grandes hombres de nuestra tierra, entre ellos, Rafael Matesanz Martín.