PAREDES
Perseveran sosteniendo siglos de historia
Atestiguan miradas y manos de
albañiles y arquitectos
que acariciaron su pétrea firmeza.
Desafían al tiempo
que se esfuerza en borrar
latidos de misterio.
Estas paredes son
como libros manuscritos por la fidelidad.
Dentro de ellas hay sueños de altura,
confidencias de hogar
intimidades de silencio.
Estas viejas paredes
hermanan en sí siglos distanciados
como hermoso tejido
de pobrezas fieles.
Son como el abrazo robusto
que cobija a las personas
con calor materno.
Yo deseo ser como estas paredes
cobijadoras de perseverancia,
incluso parcheando mis grietas
con anacrónicos cementos
Desearía ser cobijo
de pájaros en invierno y siempre.
Desearía recibir en pétreo reposo,
los besos del sol y las caricias de la lluvia.
Desearía ser llamada hacia Dios
como estas silenciosas paredes monacales
del Monasterio Cisterciense.