AMO LA CRUZ
Amo el dolor de las contradicciones.
Amo la luz de las humillaciones.
Amo la piedra que tritura el trigo.
Amo el olvido de mi fiel amigo.
Amo el esfuerzo de mis oraciones.
Amo el fracaso de mis creaciones.
Amo ser por entero tu testigo.
Y no me inquieta tanta cruz alzada
con mi carne vivísima clavada
fluyendo sangre en las menudas cosas.
No me inquieta, Señor, porque Te siento
en las moradas de mi sufrimiento
convirtiendo mis llagas en tus rosas.