27/5/23

EN EL CORAZÓN

 

 


  

Vivo en el corazón;                                

en sus alrededores

sólo estoy sin mí, como exiliado.

 

En el corazón fertilizo

mis palabras

mis deseos

mis horas de niebla

y mis amaneceres con pájaros azules.

 

En el corazón,

horno cálido,

sazono el pan que comparto,

que me comparte.

 

En el corazón, Señor,

contemplo Tu Rostro,

sin velos que Te oculten

o te desfiguren.

 

En el corazón, lloro mis pecados

y mis lágrimas son

como lluvia fecunda

en la parcela de mi ser.

 

En el corazón

recojo

a todos los perros sin dueño,

a todos los pájaros tímidos,

a todas la violetas olvidadas,

a todos los niños huérfanos,

a todos los padres sin hijos ni dimensión paterna…

 

En el corazón

Tu Espíritu Santo,

asume mi dolor y

mi resurrección

hasta hacerme su SI

creciente en el gozo.

 

En el corazón, mi casita nazarena,

disfruto la presencia

de Tu Madre

musitando el “Fiat” que

te encarnó en la tierra.

 

En el corazón, mi

establo de Belén,

naces permanentemente

con humildad de noche sin aplauso.

 

En el corazón

emigro Contigo a Egipto

con desamparo de futuro difícil.

En el corazón

vivo Contigo feliz sumisión a María y José,

aprendo, Contigo, la

carpintería,

el milagro de la levadura,

la muerte fecunda

del grano que se siembra,

el desvelo de pastor fiel,

la pobreza…

 

En el corazón, Contigo,

me arriesgo a “no tener

donde reclinar la cabeza”;

declamo jubiloso, las Bienaventuranzas;

subo a Jerusalén para morir;

me comparto Eucarísticamente;

perdono,

curo,

beso,

agonizo en las manos del Padre

y resucito.

 

En el corazón,

sólo en el corazón,

vives Tú en mí sin el estorbo de mi mismo.

 

Que no cese jamás

este Pentecostés en mi corazón:

Sigue enviando,

donando

a mi pobre corazón

el Espíritu Santo

que procede

del Padre y de Ti

y estaré vivo

y seré consumación

de vida.

Te entenderé

con clarividencia.

Te amaré con locura feliz.

Te serviré con

libérrimo impulso.

 

Jesucristo, Dios

mío cercano,

Contigo en el corazón

soy feliz

y proyecto mi felicidad

en paternidad cósmica.

Gracias.


“El camino de la Iglesia pasa a través del corazón del hombre porque está aquí el lugar recóndito del encuentro salvífico con el Espíritu Santo” Juan Pablo II “Dominum et Vivificantem” (n. 67)

 

Segovia (La Fuencisla) - 1 - Julio - 1986