en sus alrededores
sólo estoy sin mí, como exiliado.
En el corazón fertilizo
mis palabras
mis deseos
mis horas de niebla
y mis amaneceres con pájaros azules.
En el corazón,
horno cálido,
sazono el pan que comparto,
que me comparte.
En el corazón, Señor,
contemplo Tu Rostro,
sin velos que Te oculten
o te desfiguren.
En el corazón, lloro mis pecados
y mis lágrimas son
como lluvia fecunda
en la parcela de mi ser.
En el corazón
recojo
a todos los perros sin dueño,
a todos los pájaros tímidos,
a todas la violetas olvidadas,
a todos los niños huérfanos,
a todos los padres sin hijos ni dimensión paterna…
En el corazón
Tu Espíritu Santo,
asume mi dolor y
mi resurrección
hasta hacerme su SI
creciente en el gozo.
En el corazón, mi casita nazarena,
disfruto la presencia
de Tu Madre
musitando el “Fiat” que
te encarnó en la tierra.
En el corazón, mi
establo de Belén,
naces permanentemente
con humildad de noche sin aplauso.
En el corazón
emigro Contigo a Egipto
con desamparo de futuro difícil.
En el corazón
vivo Contigo feliz sumisión a María y José,
aprendo, Contigo, la
carpintería,
el milagro de la levadura,
la muerte fecunda
del grano que se siembra,
el desvelo de pastor fiel,
la pobreza…
En el corazón, Contigo,
me arriesgo a “no tener
donde reclinar la cabeza”;
declamo jubiloso, las Bienaventuranzas;
subo a Jerusalén para morir;
me comparto Eucarísticamente;
perdono,
curo,
beso,
agonizo en las manos del Padre
y resucito.
En el corazón,
sólo en el corazón,
vives Tú en mí sin el estorbo de mi mismo.
Que no cese jamás
este Pentecostés en mi corazón:
Sigue enviando,
donando
a mi pobre corazón
el Espíritu Santo
que procede
del Padre y de Ti
y estaré vivo
y seré consumación
de vida.
Te entenderé
con clarividencia.
Te amaré con locura feliz.
Te serviré con
libérrimo impulso.
Jesucristo, Dios
mío cercano,
Contigo en el corazón
soy feliz
y proyecto mi felicidad
en paternidad cósmica.
Gracias.
“El camino de la Iglesia pasa a través del corazón del hombre porque está aquí el lugar recóndito del encuentro salvífico con el Espíritu Santo” Juan Pablo II “Dominum et Vivificantem” (n. 67)
Segovia (La Fuencisla) - 1 - Julio - 1986