Lo que Tú quieras, Señor.
Haré lo que Tú quieras.
No me consultes, que me fío
de Ti.
Me basta con saberte, con
gustarte.
Me siento fascinado
por tu sola Verdad.
Catedral de Segovia, Nicolás de Vergara 1544,
Fotografía: J.A. Santamaría Torquemada
Tu Presencia en silencio por mi sangre
me da cuanto desean mis entrañas.
Te percibo alumbrando las oscuras zonas de mi pobreza.
Haré lo que Tú quieras. Tú me bastas.
Sabes mejor que yo como es el barro
de mi frágil vasija.
Lo tratarás con mimo, como artista
que besa cuanto toca.
Tu huella delicada en mis contornos
será mi paraíso y mi vigor
cuando me duela el peso de seguirte.
Haré lo que Tú quieras. Te conozco
y me alumbra tu Ser vivificándome
como el sol a la flor, y más que a ella.
Haré lo que Tu quieras. Me has robado
de mis planes miopes y mediocres.
Te sé tan loco por amor, tan vivo
entregando la Vida, redimiendo,
que no puedo vivir para esconderme
en la caverna de mi “yo” sin alas.
Haré lo que Tú quieras. Me llagaste
con tu herida de amor y sólo quiero
morir de amor para vivir Contigo.