fundirme más con tu cariño denso.
Tú ya sabes que soy “Gozo inmenso”
y que por Ti pervivo y me supero.
En el actual contrato, Tú primero
me donarás el vuelo del incienso.
Yo, mi leño encendido, donde pienso
manuscribir tan sólo que Te quiero.
Tú me alumbras Contigo vivamente.
Yo Te doy mi desvelo permanente
por sembrar tu Presencia en cada hombre.
Tú me das el calor de tu mirada;
yo recojo las pajas de mi nada
y hago nido en el Todo de tu Nombre.
(Contrato de amor con Jesús, I)