8/3/23

TE PIDO, SEÑOR JESÚS

Un rincón en penumbra, donde quepan

las maletas del alma llenas de asombro

con pájaros libérrimos y rosas

soñadoras de estrellas.

 

Un rincón en penumbra, donde el tiempo,

en suave deslizarse,

no clave las agujas de relojes

con prisa amenazante.

 

Un rincón en penumbra…,

el espacio sobrado para hablarte

y decirte mi amor, Amor de amores.

 

Yo, criatura tuya, me conformo

con decir, desde el gozo agradecido,

que soy hechura de tus manos tiernas.

 

Un rincón en  penumbra, contemplando

tu Bondad Infinita:

adorando tu estancia en mis arterias,

como adora la brisa al chopo alto,

con besos en cadena.

 

Un rincón en penumbra, donde nadie

aplauda mi fervor ni mi locura:

donde sólo el amor tenga palabra

para decir y no cesar diciendo:

Sólo Dios es la Luz y la Alegría.

 

Un rincón en penumbra,

repasando tus pasos en la tierra;

tu mirada poniendo en el paisaje

inocencia de niños;

alejando quebranto de los cuerpos

y sombras de las almas;

donando intimidades confidentes

a tus fieles amigos;

sembrando en cada huella la esperanza

de caminos que llevan a la Vida;

quedándote en el Pan transubstanciado

y en el Vino de todas las locuras;

muriéndote en la Cruz para hacer puro

el vuelo del amor…;

dándome Madre

de ternura inocente e incesante…

 

Un rincón en penumbra, donde pueda

ser incienso, no más, para adorarte

sin penumbras de mí, sin adherencias

a cuanto estorba mi vivir Contigo.

 

Hazme tuyo, Señor, dame la Vida

que ansían mis entrañas: Vívime

en tu Palabra eternamente viva.