Beato Rafael, Hermano mío
de nombre y de calor contemplativo.
Vengo a pedirte corazón activo
para latir amor donde hace frío.
Arquitecto del alma y del rocío
con salmo confidente y unitivo.
Navegaste, libérrimo cautivo,
en la barca de Dios sobre su río.
Dios en la sed ardiente de tu pluma.
Dios en la sangre de tu reciedumbre.
Dios alumbrado tu sayal de nieve.
Sálvanos de las garras de la bruma.
Préndenos en el gozo de tu lumbre.
Llénanos de silencio claro y leve.