Beso interior al hombre y a la rosa.
Presencia del Amor que se desposa
con la carne cansada y vacilante.
Vives, Señor. Tu lámpara incesante
nos alumbra, nos alza, nos rebosa.
Hay sonrisas, Contigo, en cada cosa.
Hay dimensión de eternidad triunfante.
Jesús, Señor, mi vida toda tuya
es gratitud profunda, es ¡aleluya!
que esparce primaveras de alegría.
Jesús, Amor, vivir para quererte,
para, Resucitado, poseerte
es la misión que el Padre me confía.