refleja la sonrisa de la rosa.
Hija de Dios, Madre de Dios, Esposa
con el Amor Eterno desposada.
Toda tu sangre fluye convocada
por tu fe transparente y jubilosa.
Vas donando tu sabia generosa
con sencillez de paz arcangelada.
Sólo tengo, Señora, la primaria
vocación de mirarte. Mi plegaria
funde Contigo mi cariño ardiente.
Álzame con tu nombre, Madre mía.
que me baste decir: Santa María
para habitar tu cielo filialmente.