Vasija de candor, fuiste llenada
con la Gracia de Dios que te lucía.
Tu corazón, radiante de alegría
se hizo mansa plegaria salmodiada.
Toda la creación en tu mirada
imprimió su frescor de melodía.
Tu latido de Virgen se nutría
del manjar de su Vida regalada.
Fuiste canción, estrofa de alborozo,
y de tus labios, manantial de gozo,
brotó el fervor de tu cariño interno.
Magnificat tu sangre, te volaste
en incienso de salmos. y alcanzaste
el alto nido de su Amor Eterno.