Señora de las Nieves, alba pura
que iluminas el altar de Navafría.
Tu flor de luz, Blanquísima María
exculpe el corazón de la hermosura.
Nuestro gozo de hijos se aventura
a escalar la montaña recia y fría,
porque tu nieve de alta poesía
nos dona teologal temperatura.
Son albergue tus ojos y tus manos
para el Hijo de Dios. Y sobrehumanos
tus latidos de Virgen azucena.
Como a tu Hijo-Niño, claro y leve,
abrázanos con tu blanco de nieve
y niévanos tu gracia nazarena.
(Poesía de Rafael Matesanz Martín a la Virgen de la Nieves.
Depositada en la capilla existente en la campa de Navalcollado, bosques de
Navafría, a