El asombro feliz me resucita
con tu viva presencia y tu mirada.
Ha llegado tu carne maltratada
al fulgor de la luz nunca marchita.
Testifico alegría manuscrita
con verso torpe y alma enamorada.
Nunca estará mi voz deshabitada
porque tu “Paz” en mi pobreza habita.
Eres Amor y tanto Amor, que tomas
el corazón del hombre y te desplomas
en su dolor de lámpara fundida.
Eres Amor total, superlativo
Cuerpo muriendo eternamente vivo
para enterrar la muerte y dar la Vida.