5/5/22

DÉJAME SER EL NIÑO

 



Déjame ser el niño que se duerme

a tu sombra de Dios en el estío.

A veces, hombre solo, estoy vacío

sin misterio de amor para encenderme.

 

Quiero lavar mi rostro para verme

en el cauce infinito de tu río.

Es invierno, Señor, y tengo frío.

Es de noche, Señor, temo perderme.

 

Tú que salvaste niños con ternura

en cálida mirada y en abrazo

cuando los hombres ignoraban cumbres,

 

toma mi ser de barro y configura

al niño que se duerma en tu regazo

sumergido en el gozo de tu lumbre.