Entre mis manos con blancor de nieve,
con lenguaje de pan que se comparte.
El corazón abierto para darte
desde mis manos silencioso y leve.
Tan sencillo te noto que se atreve
el temblor de mis labios a besarte.
Me pierdo de mí mismo y al hablarte
hallo la dimensión de mi relieve.
Perdóname la sombra que me hostiga.
Quiero ser donación como la espiga
que tomaste al nacer Eucaristía.
Apoya tu nacer en mi pobreza
que soy, para que nazcas, fortaleza
de cariño, de paz y de alegría.