“el nombre de la Virgen era María” (Lc 1, 27)
Quedó tu nombre blancamente impreso
en el espacio azul de la hermosura.
Se vistieron las flores de ternura
para decir tu nombre como un beso.
El Ángel derramó candor ileso
en tu nombre de nieve en aventura.
“María”, te llamó la brisa pura.
“María”, el corazón leve y sin peso.
Todo fue por tu nombre bendecido
y estrenaron los salmos el latido
del gozo fértil de la poesía.
Las estrellas fundieron con tu nombre
la esperanza filial de cada hombre
porque Madre es amor, Virgen María.