Amor, Amor, Amor, abre Te ruego
la puerta de mi casa despoblada,
las gélidas paredes de mi nada
necesitan presencia de tu fuego.
Poséeme por dentro que me entrego
sin condición ni trampa calculada.
Mi ceniza Te busca enamorada,
esperando el milagro de tu riego.
Sólo Tú, Dios Amor, sólo tu reja
labrando mis entrañas, me despeja
horizontes de espiga generosa.
Sólo Tú, mi divino Jardinero
me puedes cultivar, porque Te quiero
como al sol la plegaria de la rosa.