5/1/23

CON CIRIOS DE CARIÑO NAVIDEÑO

 

No con golpes de hacha

se abren caminos en la senda espesa.

No talando ternuras vegetales

donde viven los pájaros

y anida el corazón de la esperanza;

no soltando los lobos de la ira

que matan la sonrisa con sus dientes;

no profanando parque donde juegan

palomas confiadas

con niños-sólo niños-asombrados;

no buscando rebeldes silogismos

con veneno de odio;

no borrando caminos a la vida;

no callando los versos de las rosas

y el vuelo soñador de los cipreses;

no amurallando el ser entre dos letras

-ene y ó- como bloques de cemento…:

no golpes de hacha se construye

la catedral del hombre…

 

El hombre sólo es hombre

cuando cuece

el pan de las ideas

en el horno encendido del cariño;

cuando sabe leer en las espigas

su vocación de pan que se comparte;

cuando al tocar el hielo se derrite

la espada de su frío;

cuando sale al balcón de su mirada

para ofrecer las flores que cultiva

en su gozo interior.

 

El hombre sólo es hombre cuando escucha

los salmos de la hierba,

el galope del monte a las estrellas,

la sonrisa invisible de la brisa

y los coros de lámparas que rezan

en el silencio de la noche clara.

 

El hombre sólo es hombre cuando lucha

con cirios de cariño y no se cansa,

aunque sus manos cálidas y tiernas

se hieran contra el cerco de metales.

 

El hombre sólo es hombre cuando salva

establos de Belén en cada oficio;

cuando se hace Pastor hacia el Pesebre

con bata cirujana, con engrasado mono de taller,

con esteva regada de sudores

o con pluma que escribe sus latidos…

 

El hombre sólo es hombre cuando avanza

con cirios de cariño sonriente

cuando habita feliz en las entrañas del Amor Infinito,

cuando su ser es Navidad perenne

dejando a Dios que nazca entre las cosas.

 

El hombre sólo es Cristo si  camina

con el Belén del corazón abierto.