“María conservaba todas estas cosas
meditándolas en su corazón”
¡Tu Corazón!
Madre, ¿cómo es tu Corazón?
¿Es nido? ¿Es templo? ¿Es hogar? ¿Es relicario…?
Tu Corazón conserva. Tu Corazón medita. Tu Corazón reza.
Tu Corazón sufre. Tu Corazón se inmola…
¿Cómo es tu Corazón sumergido en silencio?
Sabemos que Dios lo eligió para habitar entre nosotros.
Y Dios vino a redimir el universo.
Luego, en tu Corazón pequeño y callado cabía toda la Creación
En él, Dios encontró los cielos despejados o constelados de estrellas;
los bosques poblados de aves y seres inocentes;
los mares no contaminados todavía por vertidos de desafecto.
En tu Corazón, Dios encontró la llama, la harina, el agua,
el manto tejido con delicado amor…
Tu Corazón en silencio es un poema rebosante de palabras
cuya hermosura se dilata en los horizontes humanos y divinos.
Tu Corazón funda, sin cesar,
hogares sumergidos en silencio
para disfrutar la presencia elocuente de Dios.
Gracias, Madre. Cobíjanos siempre en tu Corazón.