V
Tu juventud no muere ni se enfría
en el invierno de este siglo incierto.
Tu corazón gozosamente abierto,
río de arte, sigue todavía.
En el mar de lo bello se extasía
tu nave azul hacia el ganado puerto.
Y seguirás así después de muerto
joven perpetuamente en la armonía.
Porque ser joven es estar ganando
el pan de gozo con sudor de anhelo
para calmar el llanto de la ausencia.
Y no cesas, seguirás gozando
el poema de Dios cuando en el cielo
te nutras con la luz de su presencia.
(Cinco sonetos amigos para D. Juan de Contreras)