¿Cómo no vas a estar, si tu presencia
es la cuna de Dios, la tierna cuna
que da calor de amor como ninguna
consumación del arte y de la ciencia?
Tú Le das corporal de transparencia,
azucenas de besos, una a una.
Tu mirada purísima de luna
recibe claridad de su inocencia.
¿Cómo no vas a estar, Virgen María,
adosando a tu Niño- Eucaristía
si eres Dueña de Dios y El es tu Dueño?
Enséñame tu forma de besarle,
tu forma de tocarle y de brizarle
siendo trigo de amor para su sueño.