Dios- Poeta soñó que escribiría
su Corazón materno en un soneto.
Deletreó su cálido secreto
y floreciste Tú, Virgen María.
Su mirada en tus ojos imprimía
la luz sencilla del primer cuarteto.
Otro cuarteto azul y otro terceto
consumó tu pureza y tu armonía.
En los últimos versos del poema,
tu palabra libérrima y suprema
se fundió con el Verbo de Dios- Padre.
Y Dios quedó perpetuamente siendo
un soneto encarnado amaneciendo
en tu seno de Virgen y de Madre.