Querido Dios, Espíritu Paráclito:
Vengo contento a dialogar Contigo
y siento que mi carne prisionera
levita con tu soplo.
Tú me das la alegría de escribirte,
me das la confianza articulada
en sílabas sencillas.
Eres Amor- Persona que procede
del Padre al Hijo y del Hijo al Padre.
Ósculo eterno de Paternidad,
Filial respuesta de cariño eterno.
Mis ojos no te ven, pero Te notan
imprimiendo palabras de consuelo.
Eres Consolador, cuando la sombra
entenebrece el corazón del hombre,
nos das tu luz y quedas escondido.
Eres viento, susurro transparente,
blanca nube que arropa en el misterio.
Contigo el peso de mi carne pobre
se hace vuelo con alas de paloma.
Eres dador de Vida. Recuperas
los trozos muertos del amor quebrado.
Has de venir, Amor. Has de poblarnos
con tu viva Presencia.
Has de barrer mis sombras de pereza
y despojarme de mediocridades.
Has de tocar mis labios y mi pluma
con audacia de luz restauradora.
Has de advertirme que las rosas claman
pidiendo mi sonrisa para abrirse.
Has de llenar mi corazón de asilos
que abriguen la inocencia de los niños.
Has de hacerme iconógrafo divino
para pintar a Cristo en cada hombre.
Has de pisar mi tierra hasta tomarla
camino hacia el hogar de tu cariño.
Te nombro mi tutor, mi apoderado,
mi manantial de gozo permanente.
Ven, Espíritu Santo. Ven y llena
el vaso diminuto de mi vida
con tu suave licor embriagante.
Enséñame a perderme de mí mismo
y a encontrarme en el gozo de saberte.
Cobíjame Contigo en la locura
de sólo ser amor.
Y quiero, como Tú ser invisible:
no herir los ojos tímidos del hombre:
que ignoren mi contorno y mi figura;
pero que sientan en su sangre triste
el calor de mi pulso jubiloso.
Mi pulso por tu pulso sostenido,
por tu pulso alumbrado, por tu pulso
dando latido al corazón del hombre.
Sólo si tu me cuidas siento el gozo
de ser Hijo de Dios.
Sólo si Tú te hospedas en mis ojos
descubro a Jesucristo.
Sólo Contigo, Dios Sabiduría
saboreo al Amor que se hizo carne.
Háblame de tu sombra fecundante,
besando las entrañas de la Virgen.
Nárrame sus latidos hogareños
para cuidar al Hijo del Altísimo.
Seré su confidente reclinado
como Juan en su pecho.
Querido Dios, Espíritu Paráclito,
alégrame por dentro
con la fiesta perenne de la fe.
Que sólo viva para ser tu luz,
tu llama viva de cariño eterno,
tu alimento de frutos redentores,
tu brisa refrescante en el estío,
tu toque inspirador de la palabra,
tu presencia de vida transcendente,
tu latido de Dios besando al hombre.
Espíritu de Amor, no te despido
porque sin Ti mi vida languidece
carente de alegría.
(24 - Enero - 1998)