18/6/23

CARTA AL ESPÍRITU SANTO

 


 





Querido Dios, Espíritu Paráclito:

Vengo contento a dialogar Contigo

y siento que mi carne prisionera

levita con tu soplo.

 

Tú me das la alegría de escribirte,

me das la confianza articulada

en sílabas sencillas.

 

Eres Amor- Persona que procede

del Padre al Hijo y del Hijo al Padre.

Ósculo eterno de Paternidad,

Filial respuesta de cariño eterno.

 

Mis ojos no te ven, pero Te notan

imprimiendo palabras de consuelo.

Eres Consolador, cuando la sombra

entenebrece el corazón del hombre,

nos das tu luz y quedas escondido.

 

Eres viento, susurro transparente,

blanca nube que arropa en el misterio.

Contigo el peso de mi carne pobre

se hace vuelo con alas de paloma.

 

Eres dador de Vida. Recuperas

los trozos muertos del amor quebrado.

Has de venir, Amor. Has de poblarnos

con tu viva Presencia.

 

Has de barrer mis sombras de pereza

y despojarme de mediocridades.

Has de tocar mis labios y mi pluma

con audacia de luz restauradora.

 

Has de advertirme que las rosas claman

pidiendo mi sonrisa para abrirse.

Has de llenar mi corazón de asilos

que abriguen la inocencia de los niños.

 

Has de hacerme iconógrafo divino

para pintar a Cristo en cada hombre.

Has de pisar mi tierra hasta tomarla

camino hacia el hogar de tu cariño.

 

Te nombro mi tutor, mi apoderado,

mi manantial de gozo permanente.

 

Ven, Espíritu Santo. Ven y llena

el vaso diminuto de mi vida

con tu suave licor embriagante.

 

Enséñame a perderme de mí mismo

y a encontrarme en el gozo de saberte.

Cobíjame Contigo en la locura

de sólo ser amor.

 

Y quiero, como Tú ser invisible:

no herir los ojos tímidos del hombre:

que ignoren mi contorno y mi figura;

pero que sientan en su sangre triste

el calor de mi pulso jubiloso.

 

Mi pulso por tu pulso sostenido,

por tu pulso alumbrado, por tu pulso

dando latido al corazón del hombre.

 

Sólo si tu me cuidas siento el gozo

de ser Hijo de Dios.

Sólo si Tú te hospedas en mis ojos

descubro a Jesucristo.

Sólo Contigo, Dios Sabiduría

saboreo al Amor que se hizo carne.

 

Háblame de tu sombra fecundante,

besando las entrañas de la Virgen.

Nárrame sus latidos hogareños

para cuidar al Hijo del Altísimo.

Seré su confidente reclinado

como Juan en su pecho.

 

Querido Dios, Espíritu Paráclito,

alégrame por dentro

con la fiesta perenne de la fe.

 

Que sólo viva para ser tu luz,

tu llama viva de cariño eterno,

tu alimento de frutos redentores,

tu brisa refrescante en el estío,

tu toque inspirador de la palabra,

tu presencia de vida transcendente,

tu latido de Dios besando al hombre.

 

Espíritu de Amor, no te despido

porque sin Ti mi vida languidece

carente de alegría.

 

(24 - Enero - 1998)