El Señor está con Ella
y en sus entrañas la besa.
Quedará su carne ilesa:
Madre y virginal doncella.
Toda luz y luz tan bella,
que su fulgor nunca cesa
porque el Señor la procesa
a ser para siempre estrella.
Estrella de Dios que alumbra
a los hombres en penumbra
y a las palomas en vuelo.
Estrella tan a la mano
que hace lo divino humano
y vuelve la tierra cielo.