Toda tu carne, caridad nutriente,
nido de Dios, Fuencisla inmaculada.
Toma Dios de tu sangre consumada
su forma de cariño confidente.
Eres ternura permanente;
maternidad sencilla y regalada;
sílaba pura de nieve
alada,
que siendo nieve, fluye luz caliente.
Virgen azul, manojo de hermosuras;
vasija de consuelos y ternuras;
albergue de clemencia salvadora.
Dios templa tus ojos y tus manos
y siente nuevamente los humanos
latidos de tu sangre nacedora.