Ven, Espíritu Santo,
y riega con tu lluvia mi sequía
Disipa mi quebranto
y enciende mi bujía
con la luz que genera tu alegría.
Mi corazón sin alas
quiere ascender al aire de tu cielo.
Si Tú no me regalas
tu paz y tu consuelo,
quedo en el frío de mi denso hielo.
Alivia mi pobreza
con tus dones humanos y divinos.
Dame tu fortaleza
para andar los caminos
que llevan al hogar de tus destinos.
si tus mares se vierten por mis venas,
se tornarán fecundas
mis áridas arenas
para brotar hermosas azucenas.
Con humildad Te ruego
que vengas a mi alma desolada.
Fúndeme con tu fuego
en mansa llamarada
hecha misión de luz enamorada.
Tomaré de las flores
el verso de color y de hermosura.
Hallaré resplandores
de tu mirada pura
en el salmo de toda criatura.
¡Oh Dios, que me cautivas!
¡Oh Dios, que me renuevas con tus dones!
Cuida mis ansias vivas
con cálidas razones
para salvar, por Ti, los corazones.