Tu Ser Originante
se transparenta en mí, desde el silencio.
Yo sé que soy, me pienso, me percibo
como ser regalado. Mi conciencia
en voz alborozada que pregona
tu Vida Donadora.
En el silencio noto tu mirada
penetrando mi “yo” para encenderme.
Tú me das lo que soy:
la consistencia de existir,
la victoria de estar sobre la Nada.
Mi creaturidad en el silencio
predica tu Verdad Originante,
tu Verdad sin origen que es Origen.
Eres Primer Principio y eres Fin.
Tu Plenitud me envuelve y me sustenta,
me besa, me penetra, me responde
a todas las preguntas del Vacío.
Por eso amo el silencio, porque alumbra
Contigo y con tu Luz
la noche de mis límites humanos.
Y, en esta soledad contemplativa,
siento la dicha
de la fiesta del ser que nos otorga
tu Ser Causal, Fontal, tu Ser Volumen
en las mil dimensiones sin medida.
Quedo libre y feliz, salgo de mí:
de la egoidad que, a veces, me encarcela.
Empiezo a ser alteridad que ama:
Me relaciono con las criaturas
como un hermano
que disfruta la gran familia cósmica.
Gracias por el Silencio que me alumbra
por verte mejor ¡Oh Ser Inmenso!
SER por Quien soy, por Quien disfruto hablando,
diciendo mi pobreza consumada
que me libera en filiación divina.
En el silencio, Tú me comunicas
la intimidad de Dios,
tu Amor intemporal que nunca cesa
de asumirme pequeño y culminarme
en hallazgo de todas las estrellas
que me orientan a Ti, desde el silencio.