15/7/23

EL PECADO

 


 


Un muerto, dos y tres y tantos muertos

gravitan a mi espalda que se hunde

mi palabra en un polvo de tristeza.

¿Qué decís de la luz? ¿Qué de los seres

desamparados del calor humano?

 

Un muerto, dos y tres y tantos muertos

erguidos -fría sangre de pecado-.

Camino por las calles de los muertos:

tropiezo con sus ojos, nos herimos

en contraste de estrellas frente al hondo

vacío de la noche. Mis palabras

rebotan en su frío. Siento frío

en mis huesos de hombre, porque ellos,

huérfanos de la luz, mueren de frío

y silencian su llaga tercamente.

 

Amigos: Es la hora de la vida.

No contratéis minutos de placer

a cambio del milagro de los ojos

que ven eternidad en cualquier alba.

 

Hay muertos en la vida. Hay muchos hombres

que contratan su vida de cadáver.