24/7/23

UN DIOS CONFIDENCIAL

 



 

Ya Sabemos como eres, Señor,

nos lo has dicho Tú.

Nos lo vas diciendo

con el estilo siempre nuevo

que exige la relatividad

de cada momento histórico.

Pero siempre con voz confidencial.

 

Así hablabas

al pueblo judío

de “dura cerviz”

con amenazas en ocasiones,

y con azotes,

azotes de madre a hijo rebelde.

 

Confidencial era tu voz

en la cortante austeridad

del Bautista.

Confidencial

porque entonces

no había otro idioma

revelador de tu vida.

 

Por fin, tu Palabra

se hizo carne

en efusión de tu ser.

 

Tu Hijo

nos reveló todo a plena luz.

Y continúa

la misteriosa revelación,

condicionada ahora -¡detalle de cercanía!-

a nuestras manos, tal vez manchadas;

a nuestros labios, tal vez febriles;

a nuestros pies, tal vez llagados de galope sin rumbo…

 

Pero, ¿cómo escuchamos tu confidencia…?

¿Cómo el marido adúltero

hastiado de la fiel esposa?

¿Cómo el amigo hipócrita,

soñando la delación sarcástica

a la vuelta de la esquina…?

O, ¿como el niño

que a las efusiones maternas

responde sonriente y feliz:

…”mamá”…?