Otros ojos humanos y divinos
posaron su milagro en vuestra esencia.
Os acunó su luz de omnipotencia
y su amor os legó nobles destinos.
Sois algo más que simplemente vinos
o sangre vegetal de efervescencia.
Sois el Amor, su líquida presencia
que se vierte por todos los caminos.
Sois el misterio de la fe, la hondura
de Dios manifestada , hecha locura
en detalle vital de cercanía.
Recinto de la paz, amor de promesa,
en donde ahogados, embriagados, cesa
nuestra herida de tiempo, su sangría.
(soneto de afecto a la materia de la Eucaristía)