NIÑOS
(…el niño, sonrisa de Dios a la humanidad herida y que siempre atrae mi especial atención: Rafael Matesanz)
Desde que me conozco está mi sangre conjugada con los niños.
La pobre sustancia de mis arterias, simple tierra y agua,
acaso nieve,
se modula en sus dedos
inocentes escalando la altura de sus sueños cuando juegan.