Tú Sabes todo: sabes mi pecado,
la sombra impertinente de mi vida,
mi corazón colérico y suicida
buscando amor con rumbo equivocado.
Tú sabes que me siento quebrantado
y se escapa mi tiempo por la herida
de no salir del punto de partida
y quedar en anhelos naufragando.
Tú sabes todo: sabes que me empeño
en alcanzarte; pero soy pequeño,
imagen sin tallar, burdo madero.
Escúchame, Señor, toma mi llanto
que con Pedro te dice, vuelto canto:
Tú sabes todo; sabes que Te quiero.