Amar en desamparo de caminos,
ser camino de amor desamparado,
sentir el corazón desalojado
de consuelos humanos y divinos.
Volar en soledad como los pinos
y no decir jamás: “estoy cansado”,
seguir en vuelo, así, crucificado
para salvar incógnitos destinos.
Morir como los granos en la tierra,
como los ríos que alimentan mares,
como la aurora cuando el sol se vierte.
Ser poema que anónimo se entierra
para salvar anónimos hogares
plantando vida donde sólo hay muerte.